Hacía tiempo que llamaba a la puerta, pero ha sido ahora cuando la formación en línea ha conseguido captar toda nuestra atención. La irrupción de la pandemia en nuestras vidas y el cierre total de los centros educativos, tanto para adultos como para niños y niñas, que tuvo lugar la pasada primavera, pusieron sobre la mesa el enorme reto de adaptarnos a un entorno de educación virtual si queríamos seguir conectados al aprendizaje.
Si bien es complicado predecir la evolución del sector educativo, sí tenemos muy claro que la educación virtual ha llegado, esta vez sí, para quedarse y que es un complemento perfecto para la formación presencial. Como resultado a esta certeza, vemos la adaptación que están realizando las empresas, hablamos de la capacidad y la flexibilidad que tenemos para garantizar que los alumnos y alumnas continúen aprendiendo, sea cual sea el entorno educativo.
Elementos clave para una buena formación en línea
Antes que nada, es muy importante asumir que la formación online no es volcar todo el contenido presencial en un entorno digital, de ningún modo. Se trata de partir prácticamente de cero en muchos aspectos y aprovechar todos los recursos que nos proporciona el nuevo entorno para captar la atención del alumnado y poder mantener un alto nivel de motivación. También hay que revisar y adaptar todo el contenido, así como crear actividades que promuevan la participación del alumnado entre sí y con el docente; debe haber un equilibrio entre cantidad y variedad de actividades, y el entorno digital en el que se trabaja tiene que ser intuitivo, atractivo e inspirador.
Del mismo modo, también es fundamental adaptar los contenidos y los recursos a las edades y habilidades de los alumnos. Podemos utilizar diferentes formatos, dependiendo de la edad de cada grupo: contenido digital gamificado, clases online o webinars, modelos híbridos o 100% en línea, etc. De la flexibilidad a la hora de escoger el método y el tiempo de exposición a la pantalla dependerá también el éxito final de las sesiones y del curso.
Las posibilidades en la educación virtual son enormes: videos, gamificación, simulaciones, etc., pero requieren de formación. Así pues, hay que tener en cuenta que el profesorado debe formarse para ofrecer una educación online óptima y que cumpla con los objetivos pedagógicos marcados. Además, en el caso de las clases síncronas, los profesores tienen que disponer de herramientas para promover la participación, traspasar la pantalla y hacer que el alumnado se sienta cómodo en el nuevo entorno.
Estamos frente a un gran desafío, un desafío que llegó por sorpresa pero que no ha hecho más que adelantar unos planes que casi todos teníamos en mente: la digitalización de la educación. Tenemos muchos retos por delante, como por ejemplo que la tecnología responda al planteamiento pedagógico y que encaje de la mejor manera posible en el día a día de las familias. Lo bueno es que la tecnología es cada vez más accesible. Sin duda queda mucho camino por recorrer, pero estamos listos.
Marta García
Directora de Método y Calidad de Kids&Us