El espíritu explorador del ser humano es innato e incontenible, sobre todo, en los bebés. Estos pequeños recién llegados investigan su entorno a través de los cinco sentidos, descubriendo poco a poco el curioso mundo que les rodea. Esta intrépida aventura es clave para su desarrollo cognitivo y, por tanto, también para la adquisición del lenguaje.
¿Qué dice la neurociencia sobre el aprendizaje de un segundo idioma en bebés de 1 y 2 años?
Tiziana Cotrufo, doctora en Neurobiología por la Scuola Normale Superiore de Pisa y docente en la Universidad de Barcelona, nos cuenta que «desde un punto de vista neurobiológico, podemos afirmar con toda seguridad que, cuanto más pequeños sean los niños, mayor será la plasticidad de su cerebro. Por “plasticidad” nos referimos normalmente a la capacidad del cerebro para adaptarse al cambio y, por tanto, aprender de forma más rápida. Por supuesto, los sistemas intrínsecos ya habrán construido conexiones neuronales, pero al aprendizaje de nuevas habilidades dependerá de las experiencias significativas en las que participe el niño».
¿Aprender un segundo idioma a edades tan tempranas puede generar confusión en los bebés?
Desde el punto de vista del desarrollo cognitivo y del lenguaje, aprender un segundo idioma no confunde en absoluto a bebés tan pequeños. Así afirma Cotrufo, quien nos explica que, en ocasiones, los bebés que aprenden más de un idioma desde tan pequeñitos podrían mezclar idiomas o empezar a hablar más tarde que sus coetáneos. Sin embargo, esto no resulta un problema a futuro. De hecho, una vez comiencen a hablar, lo harán con una propiedad y pronunciación perfectas gracias, precisamente, a la plasticidad cerebral del que hablábamos.
Tiziana Cotrufo nos explica que «los neurocientíficos solemos decir que, en lo que respecta a las capacidades nerviosas del cerebro, “use it or lose it”. Si el cerebro no recibe estímulos, esas conexiones que no se están utilizando se perderán. Es esencial que proporcionemos a nuestros pequeños con estímulos a través de experiencias significativas y emocionalmente positivas para ellos. Esto es particularmente importante durante sus primeros años de su vida, cuando los bebés tienen mayor plasticidad cerebral y, por lo tanto, mayor capacidad de aprendizaje».
¿Cuáles son los factores que la neurociencia identifica como palancas clave en el proceso de aprendizaje entre los 0 y los 3 años?
Nos lo explica el maestro de educación infantil y neuropsicólogo Raúl Bermejo:
- Libertad de movimiento. Es esencial que el bebé tenga libertad de movimiento para explorar su entorno, trabajar estímulos motrices y diferentes puntos de vista. Esto se potencia a partir de los 2 años cuando los bebés empiezan a jugar de manera más social y aprenden mejor en grupo.
- Ambiente cómodo y seguro. Una buena organización del espacio es clave para que el aprendizaje fluya y potenciar su curiosidad. Si el bebé se siente seguro en un espacio, su confianza aumentará y explorará con más seguridad, potenciando así su aprendizaje.
- Estimulación sensorial y motriz. Estimular los cinco sentidos y la capacidad de movimiento es esencial. Los bebés reciben toda la información sobre su entorno a través de los sentidos y estimularlos es clave para despertar su curiosidad.
- Uso de materiales naturales y texturas diferentes.: Es importante que los estímulos que ofrecemos a los bebés sean diversos para mantener su atención. Los bebés entre 1 y 2 años mantienen su atención durante una media de 4 a 6 minutos, por lo que tener acceso a estímulos y actividades diversas será ideal para su aprendizaje.
- Vínculo afectivo.: La seguridad y las emociones positivas que el bebé asocie a las actividades es clave para seguir aprendiendo de forma lúdica, dinámica y significativa.
¿Cómo incorporamos en nuestros cursos de Babies (Mousy y Linda) estos factores clave?
El método Natural English de Kids&Us trabaja sobre estos fundamentos que nos ofrece la neurociencia para ofrecer un aprendizaje del inglés global, natural e intuitivo. Desde su primer año de vida, Kids&Us proporciona un entorno seguro, acogedor y estimulante para que los bebés crezcan aprendiendo inglés al ritmo de su curiosidad. Presentando clases donde los colores, la música y las sorpresas están presentes en todo momento, aprenden a relacionar el inglés con emociones positivas. Fuera del aula, los materiales al alcance de las familias ofrecen una forma de seguir construyendo ese vínculo afectivo también en casa.
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