Cuando pensábamos que la conciliación era difícil… ¡llegó el teletrabajo!
Con las escuelas cerradas, muchas madres y padres nos enfrentamos a la difícil tarea de trabajar con los niños y niñas en casa. Además de rendir laboralmente, hay que organizarse buscando actividades y recursos y responder a la gran pregunta: ¿cómo consigo trabajar con mis niños en casa… sobre todo si son muy pequeños, niños de preescolar o incluso bebés? Por si fuera poco desafío, al cóctel hay que sumarle la carga de las labores domésticas, cocinar, hacer algo de ejercicio… y gestionar las emociones que nos genera una situación cargada de incertidumbre y preocupación por el futuro.
Si te estás preguntando cómo sobreponerte y organizarte trabajando desde casa con los peques corriendo por el salón o un adolescente de morros en la habitación, lamentablemente no tenemos una fórmula mágica, pero sí algunos consejos que puedes probar.
Si te planteas cómo trabajar con niños en casa, intenta levantarte todo lo temprano que puedas. Disfruta del silencio de la casa cuando los pequeños duermen, y aprovecha que tienes la mente despejada.
Después de un café o unos estiramientos, empieza tu jornada laboral. Intenta sacarte de encima algo que sea central para el día, así estarás más tranquila/o durante la jornada si los planes no van según lo esperado. Cuando se despierten las fieras, haz un parón, desayunad juntos y planead el día.
Entre las actividades para trabajar en casa con niños de preescolar y con los no tan peques, podéis incluir la de crear unos horarios. Como nos pasa a todos, también los niños estarán menos ansiosos si saben qué esperar durante el día.
Divide el día en actividades (juego libre, un taller de manualidades, preparar la comida, deberes si los tienen, un rato controlado de pantallas, baño, algo de baile o ejercicio) y haz un horario para que puedan colgarlo y consultarlo cuando quieran. De esta manera sabrán si toca hacer puzzles, hacer deberes o prepararse para el baño sin que tengas que recordárselo.
Además de evitar interrupciones, a los pequeños les da sensación de autonomía y responsabilidad hacerse cargo de la gestión del tiempo: se sentirán “mayores” y (tal vez, nunca se sabe) encararán el día con mejor humor.
Una clave del teletrabajo, además de los horarios para niños en casa, es promover su autonomía. Dejar listas unas cantimploras o una jarra de agua de la que puedan servirse, (un depósito con un pequeño grifo es ideal) unos vasos adecuados para ellos en un lugar donde puedan cogerlos y un trapo por si se derrama el agua (que se derramará) te evitará tener que interrumpir tu labor cada vez que alguien tenga sed.
Lo mismo vale si tienen hambre entre horas: deja a su alcance fruta lavada que puedan comer solos, o unos palitos de pan o barritas de cereales y te ahorrarás algunas interrupciones al grito de ¡”tengo haaambreeee!”.
Estas propuestas (y todas las tareas del hogar en las que puedan contribuir: ayudar a poner la mesa, vestirse solitos, recoger sus juguetes) también son ejemplos de actividades para trabajar en casa con niños de preescolar: desarrollan su motricidad y coordinación, y aún más importante, les hacen sentir partícipes de la dinámica familiar y orgullosos de su contribución.
Si vives en pareja, la organización puede ayudaros a ser más productivos. Es muy útil dividirse las horas de trabajo y el cuidado de los hijos. Cuando te planteas cómo organizarte trabajando en casa con los niños, hay que tener en cuenta la flexibilidad de cada uno y trazar un plan para aprovechar al máximo el tiempo.
Un miembro de la pareja puede hacer turno de trabajo de mañana y el otro de tarde. O podéis alternar un par de horas de concentración con otro par de horas al cuidado de las criaturas y tareas del hogar. Id probando diversas fórmulas, en función de vuestras necesidades laborales, el proyecto que os traigáis entre manos o lo sensibles que sean vuestras empresas a la situación excepcional que estamos viviendo.
A partir de los nueve o diez años los niños y niñas ya son más independientes. Seguramente tendrán deberes marcados por la escuela, y puedes hacer coincidir algunas de tus horas de trabajo con el tiempo que ellos dedican a las actividades que les proponen en el cole.
También puedes pactar con ellos algunas horas de ocio que incluyan la lectura, una película o algún videojuego. De ahí puedes rescatar un par de horas más para dedicarte sin interrupción a tu proyecto laboral.
No por estar en casa tienes que estar disponible para el trabajo las 24 horas del día. Si en tu trabajo son comprensivos con la situación, intenta pactar tu horario con la empresa y, en la medida de lo posible, respeta tu tiempo de ocio en familia: apaga el teléfono y dedica a tus hijas e hijos (y a tu pareja) toda tu atención.
Si tienes bebés o niños en edad preescolar, la cosa se complica aún más. Van a necesitar tu supervisión, y el tiempo en el que pueden estar concentrados en una actividad es bastante corto . Las pantallas pueden ser un aliado en momento de necesidad, pero los expertos no recomiendan su uso.
Si tienes bebés, podéis preparar una zona de juego cerca de la “oficina”. Trabajar con los niños en casa puede ser más llevadero con una manta con juguetes en el suelo, un espejo de seguridad o una cesta de los tesoros con objetos cotidianos para que pueda explorar (si los cambias a diario tendrás su interés asegurado).
Para niños más mayorcitos puedes preparar una oficina en miniatura con material de manualidades, juguetes simbólicos como teléfonos o calculadoras y cuentos para que “trabaje” contigo. Como siempre, la rotación de objetos y propuestas es clave para mantener su interés a lo largo de los días. Más vale un par de objetos nuevos cada día que abarrotar su espacio con un montón de juguetes.
Si te decides por las pantallas, convierte la ocasión en una oportunidad de aprender: busca algunos dibujos educativos o aprovecha para estimular su oído con canciones o historias en inglés. Una buena opción son estos encantadores dibujos en inglés de la oveja Betty Sheep.
Una reflexión importante cuando te planteas cómo trabajar con niños en casa es la de bajar tus expectativas y tratar de ser más flexible. Todo el mundo está en la misma situación, y todo el mundo entiende la excepcionalidad de los días que vivimos. Si tu bebé llora en plena reunión telemática, si tu niña de tres años monta una pataleta épica porque se le ha roto la galleta cuando estás hablando con tu jefa…acepta que es nuestra nueva realidad laboral: échale humor y filosofía. Estamos juntos en esto.
Intentemos ver el lado positivo de esta situación: el tiempo que compartimos con nuestros hijos e hijas. A pesar de nuestro estrés, seguramente ellos recordarán estos días con la alegría de haber pasado más tiempo junto a nosotros.
Nuestros niños y niñas siempre nos observan, y ahora son espectadores privilegiados de una faceta nuestra que normalmente no ven: la profesional. Aprovechemos para conversar y conocer sus intereses, que nos hagan preguntas sobre lo que hacemos, las dificultades que encontramos y las satisfacciones que nos reporta nuestra profesión.
Hagamos el esfuerzo de conectar con ellos y de desconectar de la presión laboral, aunque las fronteras de la esfera laboral y familiar estén ahora más difuminadas.
Aunque las circunstancias puedan ser difíciles, seamos conscientes del privilegio de verles crecer cada día, y transformemos los retos en oportunidades de aprendizaje, y los momentos compartidos en recuerdos que atesorar.
Muchos ánimos para todas y todos en estos días de teletrabajo y confinamiento. Contadnos cómo os organizáis en casa, cuidáos mucho y…please keep in touch!