Tecnología y aprendizaje. Dos palabras que, de la mano, son un asunto de primer orden en el ámbito de la enseñanza. ¿Qué valor añadido aporta la primera a la segunda? ¿Cómo sacarle el máximo partido en el ámbito educativo? ¿Cómo enseñar a los niños y niñas a hacer un uso útil y responsable de la tecnología? Las preguntas que se plantean los diversos protagonistas del sistema educativo son varias.
En Kids&Us, “pensamos que la cuestión o la pregunta que tenemos que resolver no es «tecnología sí o tecnología no»”, como introduce nuestra Chief Product Officer Marta García, “sino que lo que tenemos que hacer es un buen uso de la tecnología y utilizarla con sentido y de manera responsable”.
Por este motivo, con la evolución de nuestra esencia Upgrading the Essence, combinando la innovación pedagógica con la tecnológica, hemos creado un entorno integrado donde el itinerario de aprendizaje individual y personalizado se complementa con las actividades colaborativas; las experiencias en el aula con las actividades digitales. Así, en los cursos de Animal Planet, la experiencia de aprendizaje es un metajuego que conecta el espacio presencial con el digital. Una experiencia global que transcurre en el aula, y que sigue, se complementa y retroalimenta fuera de ella.
La cuestión tecnológica en el aprendizaje
En un contexto en el que el uso de la tecnología en la educación genera una controversia constante, Héctor Ruiz, investigador en psicología cognitiva del aprendizaje y director de la International Science Teaching Foundation, en un encuentro con Marta García, apunta que “están apareciendo muchos malentendidos que mezclan los diversos usos de la tecnología y los ponen a todos en el mismo saco cuando, en realidad, hay usos que efectivamente uno puede cuestionar si pueden ser beneficiosos, pero otros usos son claramente beneficiosos”. Por lo tanto, la cuestión no es el hecho del uso en sí, sino cómo se usa y los beneficios que este uso aporta: “Cuando hay un uso regulado, controlado y explícitamente dirigido de la tecnología, la tecnología nos proporciona al aprendizaje una cantidad de recursos que difícilmente podamos conseguir sin ella”.
En la misma línea de debate, cómo confluye la innovación tecnológica con la metodología pedagógica tradicional es, también, uno de los aspectos que despiertan intriga en cuanto al tiempo y al espacio que se le da en las aulas a cada material, a cada herramienta. “Es una falsa dicotomía pensar que vamos a usar tecnología o libros, o tecnología o conversación. Todo lo vamos a hacer en el momento oportuno; vamos a usar la tecnología allá donde nos pueda aportar un valor añadido”, concluye Héctor Ruiz acerca de la relación entre materiales tradicionales, como libros o libretas, y herramientas tecnológicas, del estilo de tabletas, ordenadores u otras aplicaciones.
Una conexión que ofrece lo mejor de los dos mundos
Bajo este prisma, en un mundo que conecta lo presencial con lo digital, “lo que queremos hacer en Kids&Us”, tal y como apunta Marta García, es “combinar con acierto lo mejor de los dos mundos”. Por una parte, todo lo que aporta y genera el entorno presencial: “la capacidad de interactuar y de comunicarse de manera natural en un entorno real”. Y por la otra, aquello que proporciona la tecnología: “cosas a las que el ser humano todavía no llega o que no se pueden realizar de la misma manera cuando estamos trabajando de manera grupal y que, en un espacio individual, el alumno o la alumna sí puede practicar y le puede permitir multiplicar las opciones de éxito”.
El motivo de esta conexión entre ambos mundos, prosigue Marta García, es que “una enseñanza conectada es una enseñanza en la que tú estás obteniendo información continuamente de lo que está pasando en la cabeza de tus alumnos, de si están aprendiendo adecuadamente, de si están entendiendo adecuadamente, de qué dificultades tienen... Ahí la tecnología te puede ayudar a obtener esa información para luego tomar mejores decisiones sobre qué hacer a continuación”.
My Way: la experiencia digital de Kids&Us
Desde Kids&Us, en consonancia con la evolución de nuestro método, hemos creado My Way, el nuevo mundo digital dirigido exclusivamente a nuestros alumnos y alumnas, para que todo aquello que aprenden en clase tenga continuidad luego en casa. Un mundo donde la interacción y la colaboración entre sí es continua para completar las diferentes misiones y retos que les plantea My Way. De esta manera, como indica Héctor Ruiz, “la tecnología nos ofrece, pues, toda una cantidad de recursos multimedia, más allá de los que nos puede ofrecer una pizarra o un libro de papel; nos ofrece interactividad, la posibilidad de estar aprendiendo de forma activa, lo cual es clave para el aprendizaje”.
“Vivimos en un mundo que es físico y es, también, digital”, recuerda Marta García. Un escenario real para todas las edades, en el que los más mayores deben educar, guiar y conducir a los más pequeños. “Las instituciones educativas tenemos la responsabilidad de acompañar a nuestro alumnado, de ayudarle a ser competentes digitalmente, de desarrollar esta competencia que, sí o sí, va a necesitar cuando tenga que trabajar o, incluso, ahora en su vida académica”, concluye nuestra Chief Product Officer; antes de sentenciar y reafirmar que “no podemos obviar que eso forma parte de la realidad, sino que debemos incluirlo y naturalizarlo”.
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